Bueno, bueno, bueno. ¿Cómo os lo puedo decir?. Tengo que confesaros una de mis grandes pasiones gastronómicas: las croquetas. Me considero la más grande Croquetera del reino. Sí, sí, me gustan muchísimo las croquetas y me gustan tanto que hasta me gustan las congeladas.
Lo de las croquetas no sé muy bien de dónde me viene. Tal vez el hecho de que me fascina la salsa bechamel, que ya desde pequeñita había visto cómo las hacía mi madre y siempre le rogaba que me dejara un poquito en la sárten y me encantaba rechupetear la cuchara.
Tal vez el fascinante hecho de que se pueden hacer de todo lo que queramos, creamos o tengamos en la nevera y de que hay que ser muy torpe para que salgan mal.
Por eso, cuando las veo en una carta, no me resisto a probarlas y, a pesar de que en muchas ocasiones me llevo algún chasco que otro, sigo pensando que una buena croqueta es lo que me hace ser asídua de un establecimiento.
En casa las hago desde siempre. Aprovecho lo que tenga en la nevera y me gusta tenerlas en el congelador. Con una ensalada o una tortilla para mi son un plato estupendo para una comida, un pica-pica...
Os confieso que en mi congelador en estos momentos tengo croquetas de mejillones, surimi, langostinos, jamón y huevo y éstas de grelos, jamón y huevo. Os recomiendo las de huevo cocido solas o las de patatas, las de merluza con pimientos del piquillo o las de cualquier resto que tengáis en casa. Os parecen muchas?. Ya os decía que era la Reina de la Croqueta, jaja.
INGREDIENTES: para unas 4 docenas
- 75 gr mantequilla
- 75 gr harina
- 2 buevos cocidos
- 100 gr jamón serrano picadito fino
- 1/2 litro de leche
- Grelos en cantidad al gusto (yo a ojo)
- Harina, huevo y pan rallado para rebozarlas
ELABORACIÓN:
En primer lugar, rehogamos en la mantequilla el jamón y le añadimos los grelos bien escurridos y picados. (Aunque normalmente se rehoga la harina primero en la mantequilla y, a continuación, añadimos los ingredientes, en esta ocasión he optado por hacerlo al contrario y el resultado ha sido estupendo).
Agregamos la harina de un golpe y dejamos que cueza un poco.
Vertemos la leche caliente (para que no se formen grumos) y removemos constantemente hasta que espese.
Por último añadimos el huevo cocido picadito muy fino.
Por último añadimos el huevo cocido picadito muy fino.
Una vez que esté todo integrado, vertemos la masa en una fuente y cubrimos con papel film. Dejamos que se enfríe y refrigeramos.
Procedemos a darles forma pasándolas por harina, huevo batido y pan rallado y freímos en abundante aceite.
P.D: ya que estoy en plan de hacer confesiones, os debo hacer una grande: no me gustan los grelos!!!. Sólo los como así o triturados en el caldo o en revueltos. Soy muy poco gallega en esto, lo sé y me da mucha penaaaaa. Pero no dejo de cocinarlos por ello y, mucho menos, de promocionarlos.