TORTILLA DE PATATA DE RICARDO

 

 
La tortilla de patatas es esa creación no se sabe muy bien de quien pero de la que todos nos hacemos autor ya que como la que hacemos nosotros, nuestra madre o nuestra abuela no la hace nadie. Ya, ya. Eso era hasta que llegó la de Ricardo.

A mi no es que me salga mal, sobretodo porque uso patatas gallegas y huevos caseros y eso ya es un puntazo que sólo puede estropear alguien muy muy torpe. Pero tengo que confesar que desde la primera vez que probé la tortilla de Ricardo, ummmmm, quise saber mucho más de cómo la hacía. 

A ver, para entrar en materia decir que Ricardo no es cocinero profesional, ni blogger cocineril (todo se andará) ni falta que le hace. Cocina como muchos hombres para él y sus cachorros y, por el momento, he podido probar no sólo esta sino también su archifamosa sopa milagrosa que deben de ser ciertas las propiedades cantadas por su autor, porque desde que la probé, me sentí cautivada y conquistada.

Ricardo acaba de terminar su primer curso de cocina con Chechu Rey de La Rectoral de Cines en el Aula de Cocina Porto-Muíños y, tras haber confesado que había probado en el mismo cosas que jamás se le ocurriría tomar, ha quedado tan enganchado que  amenaza (lo digo por avisar a Chechu) con hacer otro. 

Yo, más bien, creo que como lo de conquistar por el estómago, ha visto que es muy factible, quiere aumentar sus especialidades culinarias, ergo conquistas. Veamos el resultado en los próximos meses.

Pues bien, con el teléfono en la mano y al otro lado Ricardo, me dispuse a seguir sus instrucciones como buena alumna para realizar mi primera Tortilla Ricardiana y éste es el resultado:

INGREDIENTES:

• Patatas (yo usé unas 6 ó 7 medianas, creo. Eso sí gallegas)
• 4 huevos (of course, gallegos)
• 1 cebolla ("do país" que le llamamos así los gallegos a las propias)
• 2 dientes de ajo (estos no eran gallegos. Una pena, sí)
• Sal
• Aceite

ELABORACIÓN:

• Pelamos y cortamos las patatas un poco más gruesas que para una tortilla tradicional.
• Las disponemos en una sárten cubiertas de aceite a baja temperatura para que, según dice Ricardo, se confiten.

 

•  Trituramos la cebolla junto con los ajos.

 

•  Y vertemos el conjunto sobre la patata a medio hacer. Dejamos un ratín.

 

• Batimos 4 huevos y le añadimos las patatas escurridas. Rectificamos de sal.

 

• Procedemos a hacer como una tortilla no Ricardiana.

 

• Degustamos con interés y gusto porque el saborcillo de la cebolla y el ajito le dan ese toque importante.

 

Como podéis apreciar en las fotos, hice varias, unas más pasadas, otras más jugosas pero todas con el mismo punto diferenciador. 

Ya no habrá más discusión en vuestras casas sobre si con cebolla o sin ella. Triturando todo, nadie encontrará tropezones y no prescindiréis del sabrosón sabor.

Agradezco mucho a Ricardo su generosidad al ceder la receta, al prepararme tortillas con esmero y cuidado (que tengo yo una fama de quisquillosa!!) y por aguantar al teléfono todo el proceso. Y le emplazo a que se pase por aquí, se deje ver y conteste a todas vuestras preguntas y dudas. Pero sin llegar tarde. 

Si le conociérais como yo, sin duda quedaríais cautivad@s no sólo por la tortilla sino por lo gran persona que es, que, al fin y al cabo, es lo mejor que se puede ser en la vida. Muacsssss enormes Ricardo de mi vida!

(cuando me dé permiso y tras haberlo solicitado vosotr@s mucho, mucho, con mucha insistencia y con muchos comentarios, subiré una foto del caballero español).